sábado, 16 de octubre de 2010

El final del cuento La Pagoda De Babel.

   El alma del soberbio Sultán se desmorona para siempre, mientras que los ingenieros volvieron a construir una torre, esta vez solo hasta el cielo y construyeron dentro de ella muchos puestos para vender comida, ropa, etc... cosas muy útiles para las personas de esa región.

  El Sultán, al seguir desmoronándose, solo quedaba una parte de su mente y estaba en blanco. Había perdido todos los conocimientos de quién era y de todo lo que tenia en su vida. Seguía bajando por el pozo oscuro cuando de un momento a otro alcanzo a ver una pequeña luz y se dirigió hacia ella hasta que encontró un hueco por donde pudo salir y entonces llegó a ver la luz del día después de tantos años de oscuridad y penumbras.

  Al llegar, tuvo muchos problemas para poder relacionarse con las demás personas, ya que este no se acordaba de nada y tenía un aspecto repugnante porque de donde él había salido era en la ciudad el pozo donde se hachaban todos los tipos de desperdicios, por lo tanto, estaba muy sucio y mal oliente. El Sultán tuvo que tratar de por sí solo limpiar su aspecto y empezar desde cero a educarse, hasta poder adquirir conocimientos para así poder ganarse la vida trabajando

  10 años después el hombre que en una pasada era una de las personas más prepotentes y altaneras del mundo se gradúo de ingeniero y consiguió trabajo para las personas de la región construyendo las mismas torres que en una vida pasada él mandaba a construir.

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